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Festival-PALABRA-Viajera

"Pero lo que yo siento es verdad"

No cabe duda de que el propósito con el que arrancó este blog fue dotar a nuestros alumnos de una herramienta que les sirviera para expresarse e intercambiar experiencias. Como en todos los inicios, a veces, hay que dar pequeños empujoncitos para que se animen y se atrevan. Ya hemos visto que Alberto Roca Blaya es como el  “Juan sin miedo” de los hermanos Grimm y ha iniciado una senda que ojalá cree escuela entre sus compañeros, los de allí y los de aquí: los de cualquier parte que quieran participar.

Inmediatamente, guiado por su profesora, Emilia Morote, dio en el blanco y acertó con la otra intención de este “Festival-PALABRA-viajera”: la animación lectora. No en vano, se recoge una cita de Montesquieu en el artículo de bienvenida que lo refleja: "Amar la lectura es trocar horas de hastío por horas deliciosas". Indescifrables litros de tinta y kilos de papel se han utilizado para loar la necesidad de la lectura entre nuestros discentes y el provecho y el bien que esta actividad causa en todos los que, prendidos en la invisible tela de araña, se dejen atrapar por “horas deliciosas” que les permitan viajar sin salir de su cuarto, conocer historias y pasiones que otros han vivido, adentrarse en universos y volver a nacer…¡Leer, leer y leer! Leer y dejar que todos los efectos colaterales del proceso germinen, con el tiempo, en lindas primaveras. Y, si alguna de esas flores, indudablemente bellas, llega hasta el propósito último de la emoción: ¡qué emoción como docente; qué placer como persona! Y nunca dicho de forma tan sencillamente poética, como en el poema del maestro Ángel González, ”La verdad de la mentira”, una de las maravillas con las que se despidió de nosotros y que constituyen su libro Nada grave. Dice así:

                La verdad de la mentira

Al lector se le llenaron de pronto los ojos de lágrimas,

y una voz cariñosa le susurró al oído:

-¿Por qué lloras, si todo

en ese libro es de mentira?

Y él respondió:

                       -Lo sé;

pero lo que yo siento es de verdad.

 

Sentir esa verdad” de la que habla el lector del poema es una de las más bellas emociones que se pueden tener. Intentar que alguien pueda llegar a conseguirla debe de ser algo tan inefable como el propio proceso místico del que el carmelita Juan de Yepes nos regaló versos de pura poesía: “un no sé qué que queda balbuciendo”. Debe de ser como creerse rozado por el dedo de un dios que te elige. Pocas veces -para las que uno quisiera-, se produce tal milagro. Entre otras cosas, porque ese último paso necesario es cosa de uno mismo y nadie puede darlo por ti. Aunque pensar que tengo la posibilidad de poner a mis alumnos en el camino es algo que, en estos tiempos de desagravio a una profesión tan bonita como necesaria, dignifica más la labor docente.

¡Sigamos, pues, dándonos pequeños empujoncitos a nosotros mismos, pese a muchos, y por ellos, porque incitar a leer es un verdadero acto de amor!

Antonio Albertus Morales. (IES Poeta Julián Andúgar, de Santomera). 

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